Cualquier defecto visual en los niños afecta a su rendimiento escolar, tanto que a veces se piensa que los pequeños tienen algún problema de desarrollo, necesitan ayuda con ciertas materias o que incluso pueden tener alteraciones cognitivas.
Una simple revisión oftalmológica descubre que esos problemas no son tales, sino que lo que le ocurre al niño es que no ve bien, lo que le dificulta leer en la pizarra, en los libros, en la tablet, etc., y no puede seguir las materias al ritmo de sus compañeros.
¿Cómo se manifiestan los problemas visuales en los niños?
Existen varios defectos o problemas visuales bastante comunes entre los más pequeños, cada uno de los cuales tiene unos síntomas concretos que tanto los padres como profesores en las aulas deben aprender a detectar.
Ojo vago
El ojo vago se conoce con el nombre técnico de ambliopía, y es uno de los problemas visuales en niños más corriente durante la infancia, apareciendo más comúnmente por herencia en aquellos cuyos padres lo han sufrido.
Como síntoma, puede que el niño se queje de un leve dolor de cabeza y de cuello con cierta frecuencia, además de saltarse palabras durante la lectura, pues las letras se mezclan al utilizar casi por completo solo un ojo.
Estrabismo
Este es otro problema bastante usual durante las edades tempranas que en muchas ocasiones viene dado por un ojo vago que no se trata a tiempo. Uno de los síntomas más visibles es que los ojos no están alineados, pero hay veces en las que apenas se nota.
Sí que podemos percibir que cuando el alumno mira la pizarra ladea la cabeza en lugar de hacerlo de frente, que se frota mucho los ojos, y que a veces llega incluso a cerrar un ojo con el fin de poder enfocar mejor.
Miopía
Un defecto visual que los niños padecen con frecuencia y que también afecta de manera negativa a su rendimiento académico. Cuando se da este problema, los pequeños siempre prefieren aquellas actividades en las que no hay que emplear la visión de lejos, lo que se hace muy notable en clases como educación física.
Además, si se realizan ciertas tareas con el ordenador, el niño se coloca muy cerca de la pantalla, mucho más que sus compañeros, del mismo modo que si le pedimos que lea se pondrá la hoja casi pegada a la cara.
Otro de los síntomas que nos debe poner en alerta es el que confunda a compañeros y a profesores si están alejados de él. ¡Advierte en estos casos a los padres!
Hipermetropía
Este defecto en la visión que, como el anterior, afecta a una quinta parte de los niños, suele desaparecer conforme el ojo se va formando, aunque no siempre es así.
En los casos en los que no se arregla con el paso del tiempo, el pequeño tiende a preferir aquellas actividades en las que no tiene que mirar desde cerca, y si lee inclina la cabeza hacia atrás, pues si se aleja ve mejor el contenido.
Manifiesta dolor de cabeza después de un tiempo leyendo, e incluso podemos apreciar cómo se le ponen los ojos rojos al hacerlo.
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